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El enviador de gruas

Eso es cómo todo

Para los que aún no entiendan a que me dedico, el inicio de mi jornada laboral no tiene nada que ver con el inicio de la película Tiempos Modernos de Chaplin, es decir, mi entrada a la empresa no tiene nada que ver con un numeroso grupo de obreros (u ovejas) entrando por la puerta ya que trabajo por turnos.
Mi jornada comienza en el momento en el que me siento en un cajón delante de un orenador y un teléfono. Ficho en el ordenador, meto una clave y en el teléfono y durante 8 maravillosas horas hago lo mismo.
No aprieto tornillos pero me siento igual ya que formo parte de una cadena. Hay personas que cogen llamadas;responden a los clientes y les preguntan que clase de coche tienen y donde se encuentran. Otras personas lo único que hacen es coger esos datos y llamar a las gruas y otras, finalmente, llaman a aquellos clientes que "dan problemas" y no se van al taller cerca de casa sino que están de viaje.
Eso es lo que hago. Durante 8 horas repito 3 frases: "hola, buenos días", "¡qué matrícula tiene?""¿qué le ha pasado?" y "¿dónde está?"
A menudo sufro cefaleas pues mi cerebro se atrofia.

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